Para la niña que fui
Escrito con la piel abierta y el alma en las manos, este libro nos guía por los pasillos del dolor: los centros de acogida, las casas que nunca fueron hogar, los amores que no salvaron y las heridas que aprendieron a hablar.
No es solo un relato de supervivencia.
Es la voz de quien alguna vez fue silenciada y hoy escribe para no olvidarse, para no rendirse, para decir con fuerza: estoy aquí.
Una carta para la infancia que no fue cuidada.
Un grito que se convierte en abrazo.
Un libro para quienes han tenido que reconstruirse desde la herida.
Nació de una necesidad profunda: la de contar todo aquello que callé cuando era niña.
Para la niña que fui no busca conmover, sino mostrar lo que cuesta
contarse.
Es una obra para quienes han crecido demasiado pronto, para quienes saben el valor de resistir, y para quienes creen que una vida difícil también puede ser narrada con belleza.